Mi opinión:
Sería una muy buena experiencia pasarse en un pueblo abandonado durante una semana, con el de fin de recuperar el pueblo abandonado. Porque así, podemos aprender muchas cosas sobre la vida rural (jóvenes que vivimos en un mundo urbano), es una oportunidad de vivir es respecto al medio ambiente, pasar con alegría, tolerancia, paz y tranquilidad en un lugar maravilloso.
Podemos aprender muchísimas cosas y también nos aporta muchas cosas:
1. Convivir entre todos de una manera especial y trabajando con cooperación y solidaridad.
2. Nos ayuda a iniciar y continuar aprendizajes imprescindibles para el desarrollo de las personas y el desarrollo de las competencias básicas.
3. Un acercamiento a la forma de vivir de un pueblo.
4. El conocimiento y el aprecio de la riqueza y variedad de patrimonio natural, social y cultural.
5. Desarrollo de destrezas, hábitos de disciplina y trabajo individual y en equipo.
6. La madurez personal y social para actuar de una manera responsable y autónoma.
Podemos experimentar la vida de nuestros abuelos y bisabuelos, que ellos tuvieron una vida muy dura, no como la nuestra, en la que nuestros padres ya han planeado las cosas. Tenemos que ser maduros y autónomos, que esto es muy importante. En un futuro próximo, tendremos hijos también, y en ese momento seremos nosotros los que encargaremos el futuro de nuestros hijos. Esto nos va a hacer que entendamos muchas más cosas valorables de la vida, probablemente que ahora pensamos que no tienen importancia y que son tonterías.
· He buscado información sobre los tres pueblos abandonados (Granadilla, Búbal y Umbralejo), y he visto que ya llevan unos treinta años deshabitados y ahora, muchos institutos de España organizan grupos de alumnos para recuperar poco a poco los pueblos. Nos hace comprender que la vida es dura, no es tan fácil como pensamos y sin esfuerzo, no se consigue nada. Y he visto que en cada pueblo tienen planeado hacer unas actividades como preparación de huertos y jardines, cuidado de animales, actividades de artesanía, como la cerámica, la cestería, etc. Estas cosas nos convienen bien para pasar ratos libres.
PROGRAMA DE RECUPERACIÓN DE PUEBLOS ABANDONADOS O PROGRAMA EXPERIMENTAL DE RECUPERACIÓN Y UTILIZACIÓN EDUCATIVA DE PUEBLOS ABANDONADOS:
Este programa se fijó como principal objetivo desarrollar un proyecto educativo complementario que acercarse la vida a los jóvenes que viven en un entorno urbano, brindándoles la posibilidad de comprender la necesitad de un cambio de actitudes para asegurar el equilibrio futuro del hombre con su entorno. Por otro lado, se tenía la oportunidad de acometer una restauración arquitectónica ejemplar que sirviese como modelo para otras iniciativas relacionadas con las nuevas utilizaciones de núcleos rurales.
Estos tres pueblos (Granadilla, Búbal y Umbralejo) se encuentran integrados en este programa en 1984.
1) Granadilla:
Pocos lugares en la península tienen un aire tan sobrenatural y fantasmagórico como Granadilla. Conserva milagrosamente su planta medieval y sigue rodeada de unas murallas casi circulares perfectamente conservadas. Fue fundada en 1170 con el nombre de Granada por el rey de León Fernando II. Después pasaría a manos de sucesivos señores, unos musulmanes y otros cristianos, hasta llegar a ser posesión del primer Duque de Alba que mandó edificar el castillo en 1444. A partir de entonces funcionó como Cabeza de una comunidad compuesta por 17 pueblos de las actuales de Cáceres y Salamanca, aunque pronto tuvo que ceder su nombre en beneficio de la capital andaluza, al ser conquistada esta por los Reyes Católicos, cambiándolo por este nuevo más menguado. Tras una historia no carente de cierta gloria, en 1957, se construyó en sus inmediaciones el Embalse de Gabriel y Galán, esto ha producido inundaciones y no permite que los habitantes siguen viviendo allí, y estos tuvieron que dejar sus viviendas y sus tierras y abandonarse de los pueblos. Este hecho supuso su expropiación por parte de la Confederación Hidrográfica del Tajo.
Pueblo de Granadilla. |
2) Umbralejo:
Medio escondido por un bosque de melojos, encinas y pinos silvestres, Umbralejo surge como una aparición con sus características, casas negras de pizarra y cuarcita, en medio de la comarca del Alto Rey. Sus orígenes históricos se remontan al siglo XI cuando queda identificada como parte integrante de un extenso señorío cuya tutela ejerció la vecina villa de Galve de Sorbe. Se sabe que en el siglo XVIII constaba de 38 casas y 32 pajares, más o menos los que han sobrevivido hasta nuestros días. Los edificios que demuestran una total ausencia de adornos, destacan sin embargo por una inteligente utilización de los materiales de la zona y una perfecta distribución del espacio. Hoy en día casi todos han sido restaurados y convertidos en talleres, aulas y dormitorios aunque algunos conservan su utilización original como es el caso de la fragua.
Pueblo de Umbralejo. |
3) Búbal:
A diferencia de gran parte del norte de Huesca, que padece de gélidos inviernos, en valle de Tena, siempre ha disfrutado de un microclima que le ha permitido desarrollar una economía más rica y variada que en el resto de provincia. Búbal era uno de los pueblos ganaderos más prósperos de la zona hasta que en 1961 se decidió la construcción de los embalses de Búbal y Lanuza. Sus habitantes no tardaron en comprender que había llegado el final de su historia abandonándolo por completo a principios de los sesenta.
Ahora la silueta de Búbal se perfila perfecta frente al pantano, arropada por las cumbres montañosas. El conjunto de casas ha sido restaurado prácticamente en su totalidad, recuperándose el estilo autóctono de esta arquitectura de piedra típicamente pirenaica, aunque desgraciadamente, algunas edificaciones de la parte baja han desaparecido recientemente, debido a la ampliación de la carretera general entre Huesca y Francia. La Casa Tiburcio que ocupa una manzana entera, alberga la mayoría de los talleres, el museo etnológico y la biblioteca. La Casa Agut comparte con la Casa Royo la función de alojar a los jóvenes mientras que la antigua cuadra Susana hace las veces de bar y cierra el semicírculo de edificaciones que rodean la plaza.
Pueblo de Búbal. |
Ya ha salido la lista de los institutos que van a ir a estos pueblos abandonados, y nuestro instituto está en el puesto 92 de la lista de espera, lo más probable es que no vayamos, ¡Qué lástima! ¿A que sería una buena experiencia ir? De todas las formas, enhorabuena a los institutos que pueden ir y esperemos que disfrutéis de la experiencia.
Bibliografía:
- Imágenes cogidas de Google.